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Igueriben: viaje a la gloria y el infierno del Ejército español en el Rif
La loma de los árboles era el camino que llevaba a la posición de Igueriben, cercada prácticamente por el enemigo desde el mismo momento en el que fue ubicada en lo alto de un promontorio . La pista asciende suavemente por la conocida como loma de los árboles. Unos cuantos eucaliptos dan algo de sombra a ambos lados del camino. El campo aún verdea en esta primavera algo seca, según comentan los vecinos de la zona. La tranquilidad que se respira en este lugar es total, salpicada por una leve brisa que hace más llevadero el día. Un sol implacable nos acompaña durante el trayecto. Estamos en Annual y nadie diría que en este hermoso lugar se consumó una de las mayores tragedias del Ejército español en el siglo XX, en concreto en 1921. Pero nuestro viaje pretende acercarnos algo más al comienzo del desastre y para ello hay dos puntos clave en el escenario que aparecen a la vista. Al fondo, algo lejos, el monte Abarrán y al otro extremo de la loma de los árboles, Igueriben, gloria e infierno a la vez y tumba de más de 300 personas un aciago 21 de julio de 1921. Y es que la loma de los árboles era el camino que llevaba a la posición de Igueriben, cercada prácticamente por el enemigo desde el mismo momento en el que fue ubicada en lo alto de un promontorio pelado, en el fondo del valle de Annual, un ejercicio táctico que pretendía proteger el flanco sur del valle ante las previsibles embestidas de las tropas rifeñas, o tal vez no, pues algunos analistas estiman que esta posición carecía de sentido, pues se estableció pensando que nunca sería atacada. En cualquier caso ya no puede hacerse nada al respecto. Tan sólo la historia y el recuerdo, perdido en la memoria, parecen haber hecho las paces con este lugar. Un infierno que pudo haberse evitado y que fue testigo de una de las acciones heroicas más comentadas a lo largo de estos años. Pese a ello, el recorrido comenzó unas horas antes, en la localidad del Dar Drius. Desde aquí se desparramaban las diferentes posiciones españolas, pequeños puntos de control, con los que se pretendía vigilar los accesos al valle de Annual. En Drius no queda nada que recuerde a España con excepción de una decrépita iglesia, escondida entre un olivar cercano y sorpresa, un viejo cuartel de caballería en las afueras de éste inhóspito pueblo. El acceso al valle de Annual se hace desde Ben Tieb, prácticamente en las faldas de la pequeña cordillera que separa esta localidad y las llanuras del Gareb de Annual. Y es en la subida de las primeras estribaciones montañosas donde se ubicó la primera posición de control, Intermedia A. Tras ella vendrían otras más, la loma del morabo, Izzumar, de triste recuerdo al ser la zona más accesible para entrar y salir del valle de Annual y más tarde, otras dos posiciones más, Intermedia B y C. Todas ellas quedaron aisladas el 21 de julio de 1921, algunas de ellas unos días antes, como fue el caso de Igueriben. Un paseo por la cima de estos dos promontorios desvela detalles poco conocidos al viajero que acceda al lugar. La primera pregunta es saber cómo es posible que en aquella loma se instalaran más de 300 personas, pues el espacio es mínimo. El 7 de junio de 1921 se ocupó este pequeño emplazamiento. Fueron 354 efectivos militares, pertenecientes la mayoría al Regimiento de Ceriñola. Su nombre se cubrió de sangre en aquellos aciagos días. Junto a ello, también se instaló una sección de ametralladoras, una batería de montaña, tres miembros del Cuerpo de Ingenieros y diez efectivos de la Policía Indígena. El destino estaba echado para estos hombres, cuyo sufrimiento quedó plasmado en un pequeño libro, escrito por el único oficial superviviente de aquel desastre, el teniente Luis Casado Escudero. La subida a Igueriben no es pesada, pero entre la loma de los árboles y esta cima hay una serie de barrancos que hay que franquear. Uno no puede dejar de imaginar cómo sería el pasisaje en pleno verano. En Igueriben no había agua, otro de los problemas, y estaba rodeado de pequeños barrancos, buenos sitios para que se escondieran los rifeños. Desde lo alto se divisa el valle de Annual, en dirección norte. Al fondo se ve la posición de Talilit y detrás de ella se percibe el mar. La frescura de la brisa llegaba de ahí, de las playas de Sidi Dris, aunque para los de Igueriben aquello no era más que un recuerdo lejano. Al frente de Igueriben quedó un jóven comandante, Julio Benítez, malagueño. Una estatua honra su nombre en la capital de la Costa del Sol. Siempre le preocupó el problema de las aguadas aunque nadie pareció hacerle caso. Sin duda la tragedia comenzó a vislumbrarse de ese momento. Los días pasaban en la posición más avanzada de las líneas españolas. Al fondo, en dirección sur, las estribaciones de la sierra de Tensaman oscurecían el horizonte. Desde lo alto de Igueriben se percibe el peligro. Los primeros ataques no tardaron en comenzar y se irían agudizando con el paso de los días aunque lo peor estaba por llegar. El desastre se presiente La vista desde Igueriben es magnífica. La calma tan sólo se ve interrumpida por unos lejanos yu yus, cánticos de bodas en esta época del año. Se acerca el verano y las gentes de este lugar se preparan para festejar sus tradiciones. Sin embargo hay algo que sobrecoge en esta loma batida por el viento. Nada rompe el silencio en esta mañana soleada, si acaso el ruido de los propios pasos sobre la tierra, dura y seca. El 17 de julio de 1921 las kábilas más importantes de la zona ya han tomado la determinación de atacar la posición con todas sus fuerzas. Beni Urriaguel, Tensaman y Bocoya se unen para masacrar a los españoles. La posición quedó aislada desde ese día y los intentos por socorrerla serán infructuosos. No hay nada que hacer ya, excepto luchar y morir, por España y el Ejército. La gloria y en infierno se dan la mano por primera vez después del desastre de Abarrán. El 19 de julio se intentó por última vez socorrer la posición. Finalmente el alto mando desiste. Habrá que esperar al día 21, momento en que se intenta dominar sin éxito la loma de los árboles. El teniente Casado Escudero escribirá más tarde la angustia de muchos de los defensores, “los heridos y enfermos claman agua, con voz que suena en nuestras almas con temblores de súplica”. Tenía razón Benítez. A la dureza del enemigo se sumaron otras desgracias, entre ellas la ausencia de agua. Casado Escudero lo afirma así: “es horrenda la sed, se han bebido la tinta, el petróleo, la colonia y los orines mezclados con azucar. Se echan arenilla en la boca para provocar, en vano, la salivación. Los hombres se meten desnudos en los hoyos arenosos para gustar el consuelo de la humedad”. La situación es desesperada y los muertos hacen insoportable la estancia en la posición. El ánimo desfallece. Benítez manda una retirada. Para ello establece un plan. Un grupo de efectivos saldrá a mano derecha a contener el ataque rifeño. El resto se retirarán como puedan. Al frente del pequeño grupo está Casado Escudero. Antes de ello se manda un último mensaje al alto mando: “sólo quedan doce cargas de cañón, que empezaremos a disparar para rechazar el asalto. Contadlos y al duodécimo disparar fuego sobre nosotros, pues moros y españoles estaremos envueltos en la posición”. El plan se hace de esta forma. El resultado serán 34 supervivientes, entre ellos el teniente Casado Escudero, que será hecho preso por la tropas rifeñas después de ser herido. Atardece sobre Igueriben y decidimos bajar pues hay que volver a Melilla. Al llegar a los vehículos un grupo de jóvenes rifeños nos ofrecen algunas balas que encontraron por la zona. Nos piden dinero por ellas. Finalmente declinamos el ofrecimiento y nos vamos del lugar. La cordialidad reina en el pequeño aduar. Nos despedimos de Annual aunque no sin olvidar las palabras e impresiones de Casado Escudero cuando estuvo en Igueriben: “muere la tarde; la luz crepuscular adquiere un tono de un rojo intenso que transmite a las vecinas montañas, como si la naturaleza presagiara el triste fin que la fatalidad nos tenía reservado”.
Bibliografía y relación de los defensores de Igueriben
La mayoría de nombres son citados en los listados del teniente Casado Escudero. Aquellos que no aparecen en la relación del citado oficial han sido debidamente contrastados por aparecer en documentos oficiales.
Abataner Llorent, Francisco Sargento Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Abellán Morales, Francisco Artillero 2ª Artillería Comandancia Acosta Gómez, Fernando Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Aguado Tiscani, Cecilio Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Aguilar Albert, Ramón Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Aguilar del Molino, Valeriano Cabo Ingenieros Cia. Telegf. Aguilera Mota, Francisco Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Aguilera Truejos, José Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Alamino Haro, Francisco Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Alcaide Ruiz, Eugenio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Alcalá Arévalo, Vicente Cabo Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Alemán Jáuregui, Juan Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Alonso Briceño, Gregorio Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Alonso Yagle, Juan Artillero 2ª Artillería Comandancia Álvarez Muñoz, José Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Aman Durán, Pablo Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Amell Capdevila, Ricardo Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera Anastasio Fernández Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Andrés González, Bernardino Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Andreu Modol, Antonio Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera Angulo Verdú, Vicente Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera Anibedo Rodríguez, Fernando Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Ansa Alcortos, Francisco Sargento Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Antón de Cisneros, Armando Sargento Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Antonio Sane, Enrique Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Armesto López, Pedro Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Arnesto Alfaro, Francisco Artillero 2ª Artillería Comandancia Arroyo Higueros, Pedro Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Asensio Ramos, Luis Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Avellí Casas, Juan Soldado 2ª Cia. Posición Ametralladoras Bacario Onega, Francisco Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Baena Soria, Antonio Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Ballesteros Farondo, Manuel Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Barber Serra, Salvador Soldado 2ª Cia. Posición Ametralladoras Barceló Gil, Santiago Cabo Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Barrio Trigo, Domingo Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Barrios García, José Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Batena Basalduch, Luis Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Benítez Benítez, Julio Cdte. Ceriñola 42 PMM Bermúdez Martínez, Antonio Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Bernal Guillén, José Sargento Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Bernal Morcillo, Luis Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Beroy Fernández, Francisco Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Blanco Briceño, Gregorio Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Blázquez, Francisco Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Bleda Carretero, Mariano Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Boronat Vila, Juan Cabo RAMIX 1ª Bia Ligera Braco Gerdina, Manuel Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Buendía Elche, Basilio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Buendía Moreno, Manuel Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Bueno Monteleón, Domingo Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Bulnes Martín Vegue, Arturo Capitán Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Bustamante Vivas, Julio Teniente RAMIX 1ª Bia Ligera Caballero Navarro, Juan Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Caballo Gil, José Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Cabanera Rodríguez, José Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Cáceres Vargas, Enrique Soldado 2ª Ingenieros Cia. Telegf. Calatayud Moran, Emilio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Campaño Moreno, Antonio Artillero 2ª Artillería Comandancia Campillo Campillo, Manuel Cabo Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Campos García, Abelardo Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Camuñas Recio, Felipe Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Cánovas Paredes, Juan Cabo Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Cantalicio Moreno, Pablo Corneta Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Capdevila Morato, Juan Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Carabot Pérez, Antonio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Carazo Ureña, Napoleón Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera Carballo López, Emiliano Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Carcabo, Emilio Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Cárdenas Rodríguez, José Suboficial Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Carrasco Domínguez, Manuel Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Casado Escudero, Luis Alférez Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Casas Fúster, Manuel Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Castilla Pesandrés, Julio Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera Castro Muñoz, Manuel Teniente Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Castro Rodríguez, Salvador Educando Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Celis Ortiz, José Corneta Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Chamorro Torres, Nicolás Cabo RAMIX 1ª Bia Ligera Chapino Hernández, Ildefonso Sargento Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Clarifo Gómez, Manuel Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Climen López, Tomás Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Coca Sabio, José Soldado 2ª Cia. Posición Ametralladoras Cochero Gallego, Lucio Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Colón Soriano, Fernando Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Conejero Mesías, Juan Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Cordero del Rey, Baltasar Cabo Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Cordero Zurdo, Alejandro Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Corral Carrera, Isaac Artillero 2ª Artillería Comandancia Corral Rocero, Justo Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Correa Cañedo, Fernando Capitán Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Cortés Pérez, José Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Cotón, Antonio Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Cruz Pérez, Andrés de la Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Dávila Murillo, Hermenegildo Sargento Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Daza Rojas, Aurelio Sargento Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Del Fresno Bautista, Juan Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Delgado Muñoz, Antonio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Díaz Amán, Ángel Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Díaz Bernádez, José Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Díaz Jiménez, Feliciano Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Díaz Yguera, Antonio Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Dolader Ibars, Miguel Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera Domenech, Antonio Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Echevarría Bilbao, Aquilino Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Escudero, Marcelino Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Espinosa Urraca, Máximo Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Espinosa, José Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Fernández Babe, Ricardo Cabo Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Fernández Blanco, Francisco Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Fernández Caranabes, Severino Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Fernández de Castro, Carlos Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Fernández Ferrer, Antonio Corneta Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Fernández González, Jesús Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Fernández Monge, Rosendo Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Fernández Murillo, Antonio Sargento RAMIX 1ª Bia Ligera Fernández Núñez, Antonio Cabo Cia. Posición Ametralladoras Fernández Pérez, Federico Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Fernández, Gervasio Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Ferrera Caballo, Ricardo Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Fiaño, Manuel Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Fidalgo León, Magín Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Flamenco Medel, Nazario Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Fontanilla Alonso, Ángel Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera Forradilla, Antonio Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Francisco Inés, Juan Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera Fresnilla, Juan Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Fuguet Vallt, Antonio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Gais Gómez, Félix Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Galán Arrabal, Alfonso Teniente Cia. Posición Ametralladoras Galope Trazas, José Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon García Arroyo, Mariano Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon García Blanco, Emiliano Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon García Blanco, Tomás Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon García Gallardo, Diego Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon García García, Alejandro Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera García Mateu, Ramón Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon García Molina, Emilio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon García Moreno, Juan Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon García Quesada, Manuel Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon García Rodríguez, Pablo Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon García Romo, Arturo Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon García Vela, Daniel Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon García Zamorano, Manuel Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon García, Fernando Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña García, Pedro Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Gil Martínez, Nicolás Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Gómez Expósito, José Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Gómez Frutos, Esteban Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Gómez Gallardo, José Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Gómez González, Ignacio Cabo Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Gómez Jareño, Hermenegildo Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Gómez, Francisco Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Gómez, José Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña González Arias, José Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon González Asensio, Juan Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon González Cruz, Manuel Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera González del Rey, Cristóbal Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon González Fernández, Severino Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon González González, Manuel Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon González Manzano, Félix Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon González Pérez, Mariano Cabo Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon González Pérez, Ricardo Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera González Rodríguez, Secundino Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon González, Jenaro Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña González, José Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Gordillo Ibáñez, Rafael Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Gracia Casa, Donato de Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Gundín, Heliodoro Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Hermosilla Robles, Juan Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Hernández Alonso, Pablo Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Hernández Álvarez, Isidro Cabo Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Hernández Enríquez, Camilo Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Hernández Prieto, Francisco Artillero 2ª Artillería Comandancia Herran Gallego, Germán Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Herrera Sánchez, Pedro Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Hidalgo Joyas, Federico Trompeta RAMIX 1ª Bia Ligera Higueras Carrasquilla, Lucio Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Higueros Ruiz, Luis Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Ibáñez Soria, Agustín Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Ibarra Gil, José Soldado 1ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Ibars Ronda, José Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Iglesias del Río, Domingo Cabo RAMIX 1ª Bia Ligera Jaramillo Varela, José Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Jáuregui Aranguren, José Soldado 2ª Ingenieros Cia. Telegf. Jiménez Becerril, Joaquín Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Jiménez Guerra, Miguel Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Jiménez Sánchez, Diego Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Jiménez Sánchez, Pedro Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Jins Armengol, José Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Jorge Moquedano, Andrés Cabo Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Lacoy Laet, Agustín Cabo Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Lasca García, Pedro Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Lázaro Moreno, Daniel Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Lerma Pérez, Manuel Soldado 2ª Cia. Posición Ametralladoras Linares Baitáns, Federico Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Litrán Carrasco, José Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon López Casas, Alfonso Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon López Fernández, Jesús Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon López Morato, Antonio Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon López Moreno, Francisco Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon López Moreno, Lázaro Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon López Prada, Manuel Cabo Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon López Rellida, Gregorio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon López Rodríguez, Domingo Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon López Varela, Antonio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon López Vila, Aquilino Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Losada Pardo, Joaquín Corneta Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Lozano Lozano, Gabriel Artillero 2ª Artillería Comandancia Lucas Casado, Crispín de Cabo RAMIX 1ª Bia Ligera Luque Domínguez, José Artillero 2ª Artillería Comandancia Macías, José Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Mailan Rodríguez, Manuel Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Mano Redondo, Manuel Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Marcos Sánchez, Francisco Artillero 2ª Artillería Comandancia Martín Bravo, Antonio Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Martín Caja, Isaac Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Martín Díaz, Octavio Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Martín Estefanía, Dámaso Tambor Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Martín Fernández, Cándido Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Martín Martín, Pedro Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Martín Prieto Francisco Soldado 1ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Martín Prieto, Francisco Soldado 1ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Martínez, Víctor Soldado 2ª Ceriñola 42 Asistente Cdte. Benítez Martínez Carballido, Dionisio Cabo RAMIX 1ª Bia Ligera Martínez Cuenca, José Soldado 1ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Martínez Díaz, Mariano Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Martínez Espí, Daniel Artillero 2ª Artillería Comandancia Martínez Manzanares, Domingo Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Martínez Martínez, Pedro Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera Martínez Orero, Manuel Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Martínez Pérez, Pedro Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera Martínez Peso, José Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Martínez Quintana, José Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Martínez Sánchez, Cándido Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Martínez Verdaguer, Vicente Artillero 2ª Artillería Comandancia Martínez Villar, José Soldado 2ª Cia. Posición Ametralladoras Más Ginesta, José Artillero 2ª Artillería Comandancia Masollera de la Rosa, Fidel Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Mayor Casado, Ramiro Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Medel Gutiérrez, Lorenzo Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Medina Toledano, Julián Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Mena Sánchez, Pedro Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Méndez Pérez, Benigno Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Meseguer Alcoler, Jaime Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Mingo Portillo, Francisco Cdte. Ceriñola 42 PMM Mirás Fernández, Serafín Soldado 2ª Cia. Posición Ametralladoras Miró Lázaro, Emiliano Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Molina Llogacias, Santiago Educando Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Molina, Francisco Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Morcillo Núñez, Elías Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Moreno Blasco, Ramón Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera Moreno González, Mateo Cabo Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Moreno Piñedo, Ángel Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Moreno Sánchez, Valeriano Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Mula Aznar, Pedro Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Muñoz Fontiñán, Julián Soldado 1ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Muñoz Mengual, Juan Artillero 2ª Artillería Comandancia Muñoz Ruiz, Juan Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Murillo Barrera, Antonio Artillero 2ª Artillería Comandancia Murillo Marzo, León Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Navarrete, Manuel Soldado 1ª Intendencia 5ª Cia Montaña Navarro García, Joaquín Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Nieto López, Celedonio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Nieto Nieto, Emiliano Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Nougués Barrera, Ernesto Teniente Artillería Comandancia Ojeda Rodríguez, Juan Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Olarte Lazara, José Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Olivet Busquet, José Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera Olmo Matilla, Simplicio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Olmos Costa, Antonio Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Onega Bel, Gregorio Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Ortiz Sánchez, Manuel Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Otero Grande, Mariano Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Oviedo Rodríguez, Felipe Soldado 2ª Cia. Posición Ametralladoras Palacios Paz, Aurelio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Pardo Garcés, Manuel Cabo Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Paz Orduña, Federico de la Capitán RAMIX 1ª Bia Ligera Penelas Cabolugo, Virgilio Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Peñalva Ballesteros, Pedro Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Pérez Anguesa, José Cabo Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Pérez Capilla, José Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Pérez Fernández, Juan Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Pérez López, Mariano Cabo Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Pérez López, Martín Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Pérez Martín, Juan Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Pérez Pérez, Bartolomé Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Pérez Rodríguez, Ramón Soldado 1ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Pérez Sánchez, Antonio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Pérez Torres, Mariano Cabo Ceriñola 42 Pillo Chao, Jesús Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Ping Fajulá, José Soldado 2ª Cia. Posición Ametralladoras Pino Gómez, Abraham Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Pla García, Antonio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Porras Dalmaces, Salvador Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Prado Gómez, José Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Prat Atienza, José Cabo Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Puente Moreno, ángel Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Pulido Moya, Juan Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Pulido, Antonio Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Quintas Carrasco, Eufemio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Ramírez Cobos, Pablo Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Ramírez Hernández, Antonio Suboficial Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Ramón Fernández, José Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Ramos Yagüe, Eugenio Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Ramos, Ángel Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Rasao Pérez José Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Ravillet Aisó, Lorenzo Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Redondo Serrano, Juan Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Reviriego Iglesias, Ramón Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Riera Alverola, Vicente Cabo Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Riquelme Velasco, Emilio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Rivera Blanco, Lorenzo Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Robledo Escribano, Santiago Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Rodas Bares, Eusebio Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Rodríguez Bonilla, Juan Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Rodríguez Castañeda, Melchor Artillero 2ª Artillería Comandancia Rodríguez Castillo, Francisco Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera Rodríguez Cortacero, Justo Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera Rodríguez Gregoris, Emilio Soldado 2ª Cia. Posición Ametralladoras Rodríguez Gutiérrez, Crescencio Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Rodríguez Laisela, Ángel Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Rodríguez López, Manuel Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Rodríguez Martínez, Pedro Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Rodríguez Otero, Domingo Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Rodríguez Peña, Ricardo Sargento Intendencia 5ª Cia Montaña Rodríguez Ruiz, Manuel Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Román González, Francisco Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Romero Almohada, Pedro Tambor Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Romero García, Juan Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Romero Román, José Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Romero Salmerón, Santiago Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Rondón Pérez, Bartolomé Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Royo Ramos, Pedro Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Ruiz Boades, Pedro Soldado 2ª Cia. Posición Ametralladoras Ruiz Fernández, Gregorio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Ruiz Gamero, Paulino Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Ruiz López, Narciso Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Ruiz López, Pedro Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Ruiz Morales, Juan Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera Ruiz Osuna, Enrique Alférez Intendencia 5ª Cia Montaña Rus Soler, Francisco Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Saborido Bernal, José Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Sala Calonge, Luis Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Salvany Alemany, Antonio Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon San Blas Segundo, Felicito Soldado 2ª Cia. Posición Ametralladoras Sánchez Albertos, Ramón Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Sánchez Amoros, Francisco Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Sánchez Cortés, Miguel Cabo RAMIX 1ª Bia Ligera Sánchez Fernández, Gabriel Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Sánchez García, Ignacio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Sánchez García, Mariano Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Sánchez Gutiérrez, Santos Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Sánchez Liña, Mariano Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Sánchez Marcos, José Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Sánchez Martínez, Bernardino Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera Sánchez Rodrigo, Francisco Soldado 2ª Cia. Posición Ametralladoras Sánchez Rodríguez, Alfonso Cabo Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Sánchez Sánchez, Gabriel Artillero 2ª Artillería Comandancia Sánchez Sánchez, Pedro Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Sánchez Toribio, Julián Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Sánchez, Demetrio Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Sanes Dávila, Bruno Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Sans Ibars, José Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Santamaría Medina, Argimiro Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Santo Castro, Ramón Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Sarabia Bustillo, Antonio Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Sardiña. Antonio Cabo Intendencia 5ª Cia Montaña Segura García, Andrés Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Segura Pérez, Andrés Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Serrano Matamala, Basilio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Serrano Núñez, Esteban Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Sicilia Iglesias, Ramón Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Sierra Serrano, Justo Teniente Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Soto Rodríguez, Manuel Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Suárez Cano, Antonio Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Talemes Lozano, Benedicto Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Terrujillo Sánchez, Francisco Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Tirado Espejo, Francisco Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Torres, José María Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Valbueno Fernández, Eustaquio Cabo Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Valdeoliva Ortega, Francisco Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Valdés González, Delfín Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Valdés Muñiz, José Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera Valero Chaparro, Enrique Artillero 2ª Artillería Comandancia Valliño, Inocencio Soldado 2ª Intendencia 5ª Cia Montaña Valverdu Claret, Ramón Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Vaquero Cubero, Vicente Soldado 2ª Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon Varela Vázquez, Amadeo Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Vázquez Gutiérrez, Antonio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Verga Bana, Pedro Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Vicente Guillamón, Juan Soldado 2ª Cia. Posición Ametralladoras Villalba Niza, Antonio Sargento RAMIX 1ª Bia Ligera Villaldea Gumiel, Emilio Artillero 2ª RAMIX 1ª Bia Ligera Villanova Hoppe, Rafael Alférez Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Virgili Virgili, Antonio Soldado 2ª Ceriñola 42 4ª Cia/III Bon Vuelta Rodríguez, Isidro Soldado 2ª Cia. Posición Ametralladoras Zarco Estrada, Antonio Cabo Ceriñola 42 2ª Cia/I Bon
LOS OFICIALES DE IGUERIBEN MUEREN PERO NO SE RINDEN
1921 IGUERIBEN
Los jóvenes tenientes Castro y Rodríguez del Regimiento de Infantería Ceriñola 42, se estremecen cuando su capitán Arturo Bulnes les comunica la decisión del mando de ocupar la loma de Igueriben y no la que llaman “De los árboles”, que domina a la otra, y que no es más que otro cerro indefendible, sin agua, como lo había sido Abarrán.
Pero la infantería española no discute, solamente obedece y muere. Que el mando no escarmiente de cercanísimas lecciones, no importa. Todavía humea Abarrán saqueado por los moros, y los estirados generales, sobretodo el bigotes de Silvestre, siguen obcecados y ciegos, sin querer ver las señales que anuncian el desastre.
Por eso la mañana del siete de Junio de 1921, se ocupa la loma de Igueriben, y se procede a su fortificación. Allí no hay gota de agua, que está lejos y en terreno batido por el enemigo, enemigo que observa los movimientos españoles.
Los oficiales de la artillería y de la infantería, que se quedarán allí, solos, a expensas del socorro y el apoyo del cercano campamento de Annual, levantan los parapetos, las tiendas cónicas y las alambradas, y excavan los agujeros. Alguien hace una broma macabra:
- Ya están cavadas las tumbas… ¿Hacemos cruces, mi capitán…? - Cállese González…
La posición de Igueriben se termina y allí, tan cerca y a la vez tan lejos, quedan trescientos cincuenta soldados como guarnición.
Durante lo que queda del mes de Junio, los kabileños hostigarán la posición con ataques intermitentes y sangrientos. Subir hasta allí arriba, el agua y los bastimentos diarios cuesta también esfuerzo y sangre. Poco a poco, como en las películas de indios, el fuerte Igueriben es rodeado por una multitud de enemigos, que se apostan, disparan, chillan y cantan llenando los riscos del Rif de avisos de muerte.
El día dos de Julio, toma el mando del destacamento, el Comandante de Ceriñola, Don Julio Benítez, valeroso defensor de Sidi Driss. Desde el primer día, informa a sus superiores de que la loma es indefendible ante un ataque masivo del enemigo y que si los consiguen rodear, estarán todos perdidos, pero que aún así, sabrán morir como oficiales españoles defendiendo la posición.
Los montes y cerros frente a los campamentos españoles son un hervidero de enemigos armados. De Kábilas que se suman a las tropas de Abdel krim y que esperan la orden de avanzar sobre las posiciones españolas. Primero lo harán sobre Igueriben, que es sometida a un durísimo ataque y asediada el domingo 17 de Julio de 1921.
Los moros ya no dejarán de atacar una vez y otra, hasta que la posición caiga. No descansarán ni les importará el enorme número de bajas que los de Igueriben les hacen, hasta que acaben con todos los de dentro.
El domingo los soldados españoles ocupan sus puestos de tiro en los parapetos, bajo el inclemente sol africano para no abandonarlos hasta caer heridos o morir allí mismo.
Los moros atacan por miles y bien dirigidos, desde la posición española el comandante Benítez alienta a sus hombres y dirige la defensa en pie, sobre parapetos y sacos, siempre acudiendo donde más se le necesita, en los puestos de mayor peligro, enardeciendo a sus hombres con su sola presencia.
Desde Annual, se envía un convoy de abastecimiento en mulas, con agua y municiones. Será una subida al infierno hasta la posición, pero hay que meter los bastimentos al precio que sea.
Nada más salir, cae abatido el Comandante Romero, jefe del convoy, el fuego enemigo es intenso y certero, una barrera de plomo que hay que atravesar.
Al Teniente Joaquín Cebollino Von Lindenman, que manda el escuadrón de Regulares, y tiene orden de proteger el convoy, la lluvia de balas no le hace temblar el pulso, y carga con sus valientes contra las posiciones enemigas. A sablazos logran ir abriéndose paso entre la multitud de chilabas pardas y de terrible fuego.
Desde Igueriben Benítez ordena apostar dos de sus ametralladoras fuera de la posición, para castigar el flanco enemigo y dar alguna oportunidad a los valientes que suben cerro arriba conduciendo a las mulas.
El Teniente de artillería Ernesto Nogués Barrera, al que le han matado el caballo, se pone al mando del convoy y ayudado por sus artilleros recupera gran parte de la munición y entra, aclamado por los infantes, en Igueriben.
Lindenman, a puros huevos, sale de la posición, rompe de nuevo el cerco enemigo y, recogiendo a los heridos de la subida, logra regresar al campamento de Annual. Recibirá La Laureada por su heroica acción, preludio de las gloriosas cargas del Alcántara.
Sin embargo, el sacrificio y el valor, han servido de poco. Las cubas con el preciado líquido han sido casi todas agujereadas por el combate, y los litros que llegan hasta arriba, apenas pueden apagar la sed de todo un día de rechazar asaltos enemigos bajo el sol.
El asedio no ha hecho más que empezar.
De noche, los moros atacan con fuerza desde todos los ángulos. Tan solo la ardorosa defensa española, consigue detener al enemigo. La lucha es atroz, cuerpo a cuerpo, con fusiles, pistolas, cuchillos, granadas de mano, uñas y dientes.
El Teniente De la Paz Orduña, mantiene en respeto a los moros con sus cañones del setenta y cinco a espoleta cero. Igueriben resiste.
Por la mañana un olor fétido inunda la posición española. Son los cuerpos reventados a tiros de las acémilas que había metido el convoy, espantadas entre el parapeto y la alambrada, ahora hinchadas por el calor emanaban sus pestilencias sobre los soldados.
Más calamidades que se unen a la sed y a la temperatura, que supera a mediodía los cuarenta y muchos grados. Los soldados, que no pueden abandonar el parapeto, pues el asalto rifeño no se detiene un instante, tienen que chupar patatas y mordisquear las mondas, y beberse el líquido de las latas de conserva y la tinta de los tinteros, hasta sus orines endulzados tienen que beber y que racionar. Los labios agrietados, la garganta como la lija, el pellejo quemado y reseco, la lengua pastosa, la cabeza pensando en el río, caudaloso y limpio que pasaba por el pueblo, allá en España, tan lejos…
Pero todos allí, disparando sus fusiles y haciéndole pagar muy caro al enemigo, aquel trocito de tierra sobre el que ondea la Rojigualda.
La tercera noche de asedio, en las mismas alambradas, se rechaza un nuevo asalto enemigo. A mordiscos, puesto que se agotan las últimas granadas de mano. Los cañones de Orduña disparando metralla contra la misma puerta para detener la turba de turbantes enloquecidos. La matanza de enemigos es espantosa, el precio por Igueriben no tiene rebajas.
A las cuatro de la mañana, Benítez, pide ayuda urgente. Desde Annual se organizan tres columnas.
Las tres fracasarán en su intento de romper el cerco enemigo. Los rifeños quieren Igueriben, igual que quisieron Abarrán y se lanzan en oleadas fanáticas una tras otra contra los parapetos y contra las compañías que se despliegan. Allí no puede arrimarse nadie. El enemigo tiene la presa mordida y no quiere soltarla
La tarde del tercer día de asedio, con los defensores de Igueriben cantando aquello de “que llueva, que llueva”, a ver si así podían llevarse a la boca, algo más que arena, los moros emplazan una pieza a mil quinientos metros y comienzan a bombardear, al principio sin atino, pero poco después, metiendo los pepinos con mortal acierto en la posición.
A Annual ha llegado el Coronel Manellas, que exige que se meta allí un refuerzo de lo que sea, los valientes de Igueriben no merecen menos.
Así que se organiza una columna ligera en la que cada hombre llevará tres cantimploras. Pero a mitad de camino, la granizada de balas del enemigo, que ríase usted de playa Omaha, hace retroceder con muchas bajas a las compañías de Regulares encargadas de la misión.
En la posición de Igueriben llueve. Pero llueve plomo y metralla, desesperación y sed. Y sobre todo ello, la figura del Comandante Benítez enardeciendo a sus oficiales y sus hombres con su ejemplo abnegado de valor y obstinación.
La noche del veinte de Julio, los combatientes rifeños lanzan un ataque masivo, que piensan será el definitivo. El heliógrafo de Igueriben, pide a la artillería de Annual que bata el perímetro del campamento, lo más pegado a las alambradas posible, pues todo el terreno, está infestado de enemigos con las gumias en los dientes.
La concentración artillera es de libro, milimétrica, y tan potente, que deja los alrededores de la posición arrasados y los defensores, pueden dormitar tranquilos, al menos un rato.
Huele a carne achicharrada, a sangre coagulada, a cuerpos podridos, a muerte que cabalga sobre aquellas peñas y barrancas. Las ametralladoras han empezado a fallar y la situación de los hombres es inhumana. Mueren los hombres en los parapetos, resecos como bacalaos, la mente apagándose como una vela sin aire.
La enfermería, donde se hacinaban los heridos más graves estalla en mil pedazos, llenando el aire de vísceras y trozos de muertos, que caen sobre los hombres de los parapetos que ya no se inmutan ante nada, hechos al horror, a la tragedia, al drama.
Pese a todo, a los moros que llegan pidiendo la rendición y la entrega de la bandera, les recibe el bravo Comandante con un ¡Viva España!, respondido con voz fuerte y acompañado de una rociada de buen plomo español.
Los moros, claro, ofuscados, lanzan más asaltos… De momento son todos rechazados. Pero ya no durará mucho. Todos se miran, todos lo saben. Morirán allí. La cuestión es si sabrán hacerlo como españoles.
La mañana del veintiuno de Julio, los defensores que quedan vivos en Igueriben, contemplan cómo las dos columnas enviadas en su ayuda, son incapaces de romper el cerco. Desde Igueriben, Benítez reprocha a sus compañeros su falta de valor y decisión, su incapacidad para llegar hasta ellos, que están allí, a punto de morir todos, y a tiro de piedra del campamento principal.
“Parece mentira que dejéis morir así a vuestros hermanos… Dice Benítez en su mensaje.
El general Silvestre , que por su impetuosidad y desprecio al enemigo, ha metido al Ejército en aquella ratonera, llega a Annual, desde La Plaza de Melilla donde ha rebañado a los cocineros, enlaces, carpinteros, mozos de cuadra y oficinistas, los ha armado y llevado hasta el frente.
Llega justo a tiempo de ver retroceder las columnas que envió el general Navarro esta mañana y de leer el mensaje del comandante Benítez.
El General agarra una de sus conocidas rabietas y organiza, a voz en grito, una carga de caballería con sus jinetes… Llegará hasta Igueriben aunque tenga que hacerlo él mismo. Pero sus ayudantes le persuaden de semejante locura y de que le de la orden a Benítez, de que se rinda.
Desde Igueriben, tras un momento de silencio, llega la respuesta del Comandante:
“Los oficiales de Igueriben, mueren pero no se rinden…”
Benítez reúne a sus oficiales y organiza una retirada escalonada. Se sacrificarán para que así, al menos, algunos de sus hombres, puedan llegar a Annual y salvarse.
Son más o menos las cuatro de la tarde del veintiuno de Julio, se transmite un último mensaje al campamento de Annual.
“Nos quedan doce cargas de cañón. Contadlas. A la duodécima, fuego sobre nosotros, pues estaremos revueltos moros y españoles…”
Se repartieron los últimos peines de munición entre cada hombre, apenas veinte cartuchos y cada cual estuvo un momento a solas con sus pensamientos y su sed y después, se dio la orden de repliegue.
La vanguardia del capitán Bulnes, es masacrada nada más abandonar los parapetos, en el flanco izquierdo el teniente Galán, consigue avanzar un poco más, pero la marea sarracena es incontenible, todas las kábilas se han reunido allí para asaltar la posición española.
Por la derecha el teniente Casado con sus hombres, caen acribillados por una descarga cerrada. El teniente, dado por muerto, será capturado después por los rifeños y pasará dieciocho meses en Axdir trabajando en el huerto de Abdelkrim. Liberado escribirá un relato de los sucesos y encarará su terrible destino. Casado será fusilado en Melilla, en 1936, cuando se niega a apoyar el golpe militar que en La Plaza, se ha adelantado un día al calendario oficial.
El centro de la columna de repliegue la manda el mismo comandante Benítez, con los heridos. Morirán todos mientras corren, defendidos fusil en mano por su bravo comandante, que agotada sus municiones, desaparece ahogado por la ola de moros que se abaten sobre su cuerpo.
La retaguardia, los últimos que salen pegando tiros y gritando desde sus gargantas resecas, acuchillando moros como demonios con sus bayonetas, son los artilleros del teniente Federico de La Paz Orduña, que han inutilizado los cañones y defendido el parapeto hasta el postrer momento.
Ninguno se salvará. Morirán allí todos, sobre las alambradas y las piedras de Marruecos, rodeados de cientos de cadáveres enemigos, de cientos que han matado ellos con su resistencia a ultranza, con su valor y sacrificio.
Solamente quince espectros logran alcanzar el campamento de Annual, algunos morirán de inmediato reventados al saciarse de agua. Los otros lo harán en pocas horas.
Cuando la marea sarracena acabe el saqueo de Igueriben y ponga sus ojos en Annual. Cuando se abata sobre nuestras tropas el desastre y la vergüenza, cuando, al contrario que el valeroso Benítez y sus trescientos cincuenta hombres, nadie, entre los altos oficiales que por allí había, tenga el valor de plantarse y resistir.
Cuando olviden lo que dijo el comandante Benítez, asediado, solo y perdido, sin esperanza de victoria ni de salvación. Cuando se olviden de que son oficiales y españoles, y se arranquen las estrellas y peleen con los acemileros por una montura.
Cuando se olviden de que los oficiales de Igueriben, o de cualquier otro sitio, mueren, pero no se rinden…
Dedicado a los defensores de Abarrán, de Igueriben, de La Intermedia A, y de todas las demás posiciones y blocaos españoles, que, va a hacer ahora noventa y un años, se defendieron hasta perecer todos, con los colores orgullosos de su bandera abrazándoles, mientras se abrían para ellos las puertas del cielo de los valientes.
2013 04 06, 8:25
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Re: CAMPAMENTO IGUERIBEN
"Murieron con las botas puestas": IGUERIBEN Y ABARRÁN
Al citar la campaña de África siempre ha venido a la memoria (por sus numerosas citas) Annual… Pero hubo otros combates resueltos por nuestro Ejército con mayor o menor fortuna, pero siempre con enorme valor:
“El honor prohíbe acciones que la ley tolera” (Lucio Anneo Séneca)
Igueriben fue una posición contigua a la de Annual, ocupada por las tropas españolas el 7 de Junio de 1.921 y quedando defendida con 355 hombres al mando del comandante Mingo del Regimiento de Infantería Ceriñola nº 42. Posteriormente fue sustituido en el mando por el comandante Julio Benítez, del mismo regimiento, que había defendido con anterioridad la posición de Sidi-Dris. No obstante, fue imposible su defensa ante la abrumadora fuerza de los sitiadores, las cabilas rifeñas lideradas por Abd el-Krim y finalmente los defensores españoles debieron abandonar sus posiciones y retirarse hacia Annual, dejando atrás un gran número de muertos y heridos.
La fortificación en sí era deficiente, compuesta por sacos terreros y sólo dos hileras de alambre de espino en la alambrada que, además, estaba situada muy cerca de los parapetos debido a que casi toda la posición estaba rodeada de acusadas pendientes. Por otra parte carecía de una vía de acceso adecuada, era una senda para animales muy tortuosa con abundantes barrancos, y con la aguada a más de cuatro kilómetros. Los ataques contra Igueriben empezaron a intensificarse a partir del 14 de Junio, y tres días después se les agotó el agua por lo que se vieron obligados a machacar patatas y chuparlas (el líquido de los botes de tomate y pimiento lo reservaban para los heridos). Al acabarse todo recurrieron sucesivamente a la colonia, la tinta y por fin a los propios orines mezclados con azúcar…
El día 21 se intentó socorrer la posición con una columna de 3.000 hombres, pero el convoy de ayuda quedó estancado muy cerca de la misma, contabilizando 152 bajas en 2 horas de combate. A las cuatro de la tarde de ese mismo día se repartieron los últimos veinte cartuchos que quedaban para cada hombre, se incendiaron las tiendas y se inutilizó el material artillero, después se inició la salida que fue masacrada ante la misma puerta. De los defensores sólo lograron escapar un oficial (Teniente Casado y Escudero) y once soldados, de los cuales cuatro murieron al llegar a Annual al atracarse de agua y por agotamiento, mientras que el Tte. Casado y cuatro soldados fueron hechos prisioneros durante año y medio, cuando cayó Annual. El comandante, Julio Benítez Benítez y el capitán Federico de la Paz Orduña obtendrían la Cruz Laureada de San Fernando a título póstumo por el heroísmo mostrado durante la defensa.
Abarrán
ABARRÁN. El Comandante General, el general Manuel Fernández Silvestre había ideado, a comienzos de 1.921, un plan de campaña para tomar Alhucemas, llave al corazón de la República del Rif, por tierra a través del avance del frente. Dicho avance consistía en ganar el apoyo de las cabilas por donde pasaría el frente español, consiguiendo así ganarse un aliado y que Abd el-Krim perdiera por tanto el apoyo de las cabilas rifeñas. Ganado la confianza, el Ejército español pasaría por las tierras de las cabilas rifeñas con sumo cuidado de no molestar a los rifeños. Podemos hablar así de una ofensiva política que se basaba en la diplomacia, midiéndose las fuerzas. Sin embargo, las cabilas podían jugar a dos bandas. Para los españoles vencer en Alhucemas era crucial, no solo estratégicamente, pues estando Alhucemas en manos españolas, la caída de la república rifeña sería casi inminente, con una segunda línea fortificada y con el suministro de agua, tan carente en esos lares, permanentes. Si por el contrario fracasaban, los españoles tendrían que vérselas con todas las cabilas rifeñas en una retirada desastrosa ,donde las gentes del desierto -bien preparados en su clima y siendo un pueblo belicoso- podrían acabar con los soldados españoles, mal entrenados y muchos novatos, rápidamente.
En esos días el frente se alarga a lo largo de la orilla izquierda del río Amekrán, con una extensión aproximada de unos 55 Km, desde la posición costera de Sidi Dris, hasta el Zoco de Telata, con un recuadro de poder español en unos 5037 km2. Las siguientes cabilas habían sido ocupadas: Mazuza, Beni-Sicar, Beni-bu-Gafar, Beni-bu-ifrur, Beni Sudel, Quebdana, Beni-bu-yahi, Metalza, Beni Tussin, Beni Ulixex, Temsamán, Tafersit y Beni Said. De estas cabilas debremos saber tres, las más cercanas a los hechos acaecidos en Abarrán: Temsamán (N y O de la línea), Beni Tussin (S de lalínea), Beni Said (al interior de la línea). Guarnece esta línea 20.000 soldados españoles de los cuales 4.000 eran soldados indígenas, divididas en cuatro circunscripciones, de Sur a Norte: Circunscripción del Zoco de Telata: Regimiento de África nº 68. Circunscripción de Dar Quebdani: Regimiento de Melilla nº59. Circunscripción de Dar Drius: Regimiento de San Fernando. Circunscripción de Annual: Regimiento de Ceriñola.
Tercio embarcando para Melilla
Cada uno de estos regimientos estaba formado por unos 3.000 hombres. Los demás soldados españoles están dispersos en posiciones interiores en las cabilas ocupadas, en pequeñísimas guarniciones. Otros están retenidos, en espera de órdenes en Melilla.
En Mayo de 1.921 el centro de operaciones está establecido en la explanada de Annual, bien guardada por tres colinas.
Uno de los objetivos primordiales es conseguir una posición en la otra margen del río Amekrán, una cabila que se había conseguido pacificar estando del lado de los españoles acosta de muchos esfuerzos, sin embargo las relaciones no son del todo estables. Aunque la posición de Sidi Dris, una posición costera, ya estaba más allá del río, era insuficiente, pues era frecuentemente atacada por pequeñas partidas de cabileños. El punto designado para crear la posición es una colina llamada Dar Uberrán por los rifeños y Abarrán por los españoles.
La llegada de una harca enemiga en tierras de Temsamán produce que la cabila pida apoyo a los españoles, dando estos un sí. Abarrán es por tanto un punto de inflexión entre los dos bandos. Se produciría el combate en la colina, donde el destacamento allí enviado sería absorbido por los rifeños, eso sí luchando valientemente los españoles, sin embargo la posición sucumbiría ante el arrollador ataque de los rifeños. En Abarrán se daría la ya dudosa lealtad de las tropas moras: la Policía Indígena y los Regulares, además de los aliados de las cabilas. Con la derrota de Abarrán, se produce así el tan famoso Desastre de Annual, que provocaría la muerte de entre unos 10.000 a 20.000 soldados españoles en apenas un mes
Abarrán es una colina situada en la margen izquierda del río Amekrán, en la confluencia del riachuelo de Brajis con este último, situada en tierra de Temsamán. Su distancia al centro de operaciones, Annual, es de unos 9 km, sin embargo debido a la carretera que los comunicaba la distancia es de unos 15 km de camino. Con estos dos datos podemos hacernos a la idea de lo tortuosa e que era la carretera. Esta carretera, además era tan estrecha que hubo que hacer que la columna marchase en filas de a uno, lo que produjo un alargamiento considerable de la columna, para hacernos a la idea: se sabe que la vanguardia de la columna llegó hacia las 5:30 de la mañana y no sería hasta las 8:00 cuando llegaría la retaguardia.
La colina tiene una altura de 525 metros, con 60 metros de altitud respecto al río; un suelo efectivo de un cuadrilátero aproximado de 65x12m., con forma de bota de vino y domina una gran extensión del territorio de Temsamán. Es un territorio yermo, sin una aguada cercana (la más cercana es el propio río Amekrán, a unos 2 km de camino), sin piedras, circunstancia por lo cual no ayudaría más tarde en la construcción del parapeto, sólo tierra movida y arena. Las faldas de la colina están plagadas de algunas jaras y otras malezas y arbustos, que ayudarían en el ataque a los rifeños a la acercarse al perímetro parapetado. A cada una de las faldas la llamaremos parapeto o frente: Parapeto Norte y Oeste: inclinación media y matojos. Parapeto Este: pendiente muy suave, finaliza en llano. Parapeto Sur: fuerte pendiente, muchos matojos. Hacia el Norte de la posición hay una colina que la domina y hacia el Oeste de Abarrán hay una loma con los frentes muy abiertos o extendidos.
Hacia finales de Mayo de 1.921 llegan a Annual noticias, comunicadas por el faquir de Temsamán (Mohamed Ukarach) acerca del avistamiento de un harca enemiga de la cabila de los Beni Urriaguel de, estima este faquir, unos 3000 hombres tanto a pie como a caballo, mandados por el cabileño Sil Abo el- Jatabi. El faquir dice que el enemigo se ha incautado de ganado y que se aproxima a Annual, temeroso de que los Beni Urriaguel tomen represalias por colaborar con los españoles deciden pedir ayuda a estos últimos. Sabiendo que si el harca enemiga pasa la colina de Abarrán, los Temsamán no tendrían ninguna opción, aconsejan a los jefes del Ejército español que la tomen para frenarlos. Además diseña un plan consistente en tres columnas móviles que en un efecto tenaza consiguiera dispersar a los Beniurriaguel en la colina. Sin embargo tan solo fue una columna. También asegura darles una ayuda sustancial de hombres cuando los españoles cruzasen el río Amekrán. Mientras tanto llega a Annual el Comandante Villar, jefe del kert de la Policía Indígena, y solicita instrucciones y elementos para llevar a cabo la empresa al Teniente Coronel Dávila, jefe de la Sección de Campaña.
El 29 de Mayo, el Comandante Villar vuelve a solicitar instrucciones y hombres, esta vez, al Comandante General, el Gral. Manuel Fernández Silvestre, en un telegrama a Melilla. Dos días después, Silvestre envía un telegrama a Annual permitiendo la acción, dando al Comandante Villar plenos derechos para solicitarlo sin ningún tipo de reprobación. Se envía un telegrama al Alto Comisario, el Gral. Berenguer, para informarle de la acción. La contestación de este mensaje llegaría el 2 de junio, dándose por enterado, para entonces ya sería muy tarde. Se le dan al Comandante los elementos y se preparan los preparativos por la tarde. La columna sería liderada por el Comandante Villar y constaría de 1.461 hombres y 485 cabezas de ganado, una columna que, como bien afirma en su famoso “Expediente” el general Picasso, era “muy grande para ser gobernada por un comandante y muy pequeña para enfrentarse a tal número de enemigos”. La columna consistiría en:
Vanguardia: 5ª, 10ª y 11ª mía de policía indígena (aprox.150 hombres). Cuerpo principal: 2 secciones de fusiles de Regulares. 2 compañías de ametralladoras de Ceriñola. 2ª y 5ª Compañía de ingenieros. Batería de montaña (4 piezas de 75mm, 28 hombres). Estación óptica (heliógrafo, 3 hombres). Ambulancia. 1 Compañía de Intendencia. Mulos de Ceriñola (munición, agua, víveres y sacos terreros). Retaguardia: 1 Sección de fusiles de Regulares. 1 Compañía de fusiles de Regulares. 1 Escuadrón de caballería de Regulares.
Uno de los objetivos primordiales al tomar Abarrán es que la operación debe ser sorpresa, sin que los rifeños se enterasen, sin embargo, así no fue, hacia las 23:00 de la noche se podía divisar desde Annual las hogueras encendidas de los rifeños dando la voz de alarma en las cercanías de la colina de Abarrán, sin duda, la tarde del 31 de Mayo los habían estado vigilando. Aun esto el Alto Mando no cancela la operación.
A la 1:00 de la madrugada, ya 1 de Junio, la vanguardia sale de Annual y siguen la ruta de 15 km que separa Annual de la colina, tras haber cruzado el río Amekrán una pequeña harca de aliados de Temsamán se les une, estos se habían comprometido a ayudar a los españoles en la toma y defensa de la posición.
A las 5:30 de la madrugada llega la vanguardia a la colina sin haber tenido oposición alguna. En estos instantes iniciales el Comandante Villar, acompañado por el caíd Hach Haddur Boaxa hacen un reconocimiento por la colina para organizar la fortificación de la colina. El caíd le presenta al comandante los inconvenientes de la colina: I.- Tierra movida, sin rocas para ayudar en la fortificación. II.- Los sacos terreros que llevan los mulos de Ceriñola o bien están desfondados o bien podridos, con lo que habría que desecharlos. III.- No hay aguada cercana, por lo que la posición no podría resistir los ataques durante mucho tiempo. IV.- La posibilidad de quedar cercados haría imposible que se pudiera enviar ayuda eficaz desde Annual.
Cuando hay más luz se empiezan a ver pequeños grupos de Beni Urriaguel merodeando por las colinas cercanas a Abarrán. Sin embargo, están en actitud expectante. El caíd aconseja la retirada inmediata de la colina ante el peligro de ser atacados o cercados. Sin embargo el Comandante Villar no oye sus explicaciones. A las 6:00 de la mañana llegan las dos compañías de ingenieros y se empieza a fortificar el perímetro de la colina según les va indicando el comandante.
Las fortificaciones consisten en la construcción de unos parapetos con alambrada: Se levanta un firme de arena de unos 25-30cm que funcionarían como base para el parapeto; encima del firme se colocan los sacos terreros llegando a tener una altura máxima de un metro, un metro treinta. Y distante a 30 metros de este parapeto se situaba una fila doble de alambrada, clavando piquetas muy distantes entre sí.
Sin embargo no en todas partes hubo las mismas fortificaciones: Si bien en los Parapetos Norte y Este se levantaron las fortificaciones antes descritas, en el Parapeto Oeste –y a pesar de ser el lado por donde se suponía iban a penetrar los rifeños- apenas se colocaron dos o tres hileras de sacos terreros, dando una elevación muy baja. Sí que se puso doble fila de alambrada, instalándose asimismo en este parapeto la artillería, con lo que se puede suponer que la artillería quedaba casi inoperante. Mientras, en el Parapeto Sur, al tener una inclinación tan pronunciada y con matorrales de una altura de 1m el Comandante Villar no creó necesario pone allí ninguna fortificación, pensando que ya era una fortificación natural. No obstante, sí se elevó el firme de tierra, pero sin extender ninguna alambrada…
A las 8:00 llegan las unidades de la retaguardia y una hora más tarde llega a Annual el Comandante General, Gral. Fernández Silvestre. Este se comunica con el Comandante Villar por heliógrafo y le comunica su enhorabuena por la operación y le comunica su imposibilidad de llegar a la posición para visitarle y darle las gracias en persona. El Comandante Villar informa a Annual del avistamiento del enemigo cerca de la colina, pide instrucciones y pide a su vez la retirada de la fuerza dejando un destacamento de hombres que defendiesen la posición. El Comandante General le responde que actúe como él crea conveniente.
A las 10:00 de la mañana se termina de fortificar la colina y el Comandante Villar da suministros a los aliados de Temsamán llama a los oficiales a que se presenten ante él para designar que tropas se dejarían en la posición y cuáles deberían volver a Annual. Se hacen los preparativos para la marcha y para el abastecimiento de los elementos que se quedarían en Abarrán: municiones, víveres, material sanitario.
Legionario alcanzado
La composición de la guarnición contaría aproximadamente de unos 250 hombres de los cuales 200 eran nativos y, por tanto, su lealtad –a pesar de servir al Ejército español- era más que dudosa. La probabilidad de que 250 hombres resistieran repetidamente a una fuerza de 3.000 enemigos, diestros en el combate, eran mínimas. Aunque no se tomase en cuenta la guarnición, la Harka de los “aliados” de Temsamán también se quedó, pero -como demostrarían en el combate- no ayudaron en nada… Es más, ayudaron a que los españoles hubieran de luchar contra un número muy superior de enemigos.
La composición de la guarnición era: 1 Batería de campaña, formada por 4 piezas de 75mm y 28 artilleros, todos ellos de procedencia española. 2ª compañía del primer tabor de Regulares (posiblemente, un centenar de efectivos). 13ª Mía de policía indígena, aproximadamente, unos 100 hombres. Estación óptica, 3 hombres. Harka de Temsamán, sin detalles.
El repuesto de la guarnición era: 40 cajas de munición para Máuser. 4 cajas de cartuchos Remington. 20 cargas de artillería. Se ha de saber que a cada pieza se le daban 5 cargas y que cada carga contenía 18 disparos, por tanto: 4 piezas de artillería -5 cargas- 18 disparos = 360 disparos en total. Material sanitario. 13 tiendas cónicas. 8 cargas de víveres. El repuesto de la guarnición era efectivo en apenas una semana, ahorrando en demasía el material, sin embargo no se dejó a la guarnición agua, tan solo el de sus cantimploras, con lo que se disminuía la posibilidad de resistir en 2 o 3 días, 4 a lo sumo. La ayuda del exterior era casi imposible, pues ya se preveía que los rifeños, antes que hacer un ataque en masa a un punto de la colina, la cercarían, aislando a los españoles de todo socorro exterior.
Por tanto, los soldados de la guarnición, para conseguir agua deberían romper el cerco lo que era tarea, si no ardua, imposible, pues mientras un grupo intentaba salir de los parapetos, los que se quedaban en la colina deberían sofocar un nuevo asalto, y en consecuencia la pérdida o de la colina o de muchos hombres. Si por el contrario la ayuda venía del exterior, la tarea de transportar el avituallamiento a la colina sería tarea peligrosa, pues la columna de avituallamiento debería cruzar zonas de fuego cruzado, y como el transporte se debía a mulos o carros el fracaso era casi seguro.
Hacia las 11:00 la columna que vuelve a Annual sale de forma no muy organizada, deprisa y según testigos, casi corriendo. A las 11:30 los últimos elementos salen de la colina y minutos más tarde la columna escuchó cómo desde la colina se escuchaban ráfagas de ametralladoras. Los rifeños tenían pensado atacar cuando Silvestre visitase la posición, con el único fin de matar al jefe de los españoles, sin embargo al ver que no aparece el Comandante General en la posición y que una pequeña columna sale de ella los rifeños atacan la posición cuando ven que esta columnita está más lejana. La señal para dar inicio al combate es una ráfaga de ametralladora. Los aliados de Temsamán, situados fuera del parapeto empiezan a disparar con nefasta puntería, vuelven unos y parlamentan con el capitán Huelva, pidiendo o cobijo en la posición o munición. Huelva decide darles cien cartuchos a todos los aliados, pero pronto estos se ven arrollados ante el avance incontenible de los rifeños que cargan contra ellos, mientras el heliógrafo no para de enviar mensajes: “Nos atacan por todos lados…imposible sostener la posición”. Ante la superioridad de los rifeños los de Temsamán deciden volverse y disparar a los españoles, que atrincherados empiezan a disparar sin cesar contra un enemigo cada vez más numeroso. La artillería dispara a espoleta a cero, es decir, mínima inclinación y pronto termina por acabar toda su munición. Al poco de esta situación los Policías indígenas y algunos Regulares, pierden la esperanza y temen por sus vidas. El capitán Huelva de la Policía Indígena da muestras de ánimo y heroicidad a sus hombres, pero entonces un grupo de la Policía Indígena le dispara a quemarropa en la cabeza, provocándole la muerte de manera instantánea. Algunos de los Policías salen del parapeto y empiezan a disparar contra los españoles y fieles a pesar de continuar bajo el fuego de los rifeños. Mientras el alférez Luis Fernández Martínez cae muerto al intentar dar la noticia de la muerte del capitán Huelva a Salafranca, que es herido en se momento en el brazo. El capitán Juan Salafranca Barrio, perteneciente a Regulares, toma el mando. Los españoles, algunos pocos policías y un grupo de Regulares, bien organizados por Salafranca, siguen disparando contra los moros que saltan del parapeto a millares. Salafranca, recibe un balazo en el vientre y no se deja curar por el practicante, pronto tiene las tripas fuera, pero aún tiene fuerzas para ordenar a sus hombres hacer una carga a bayoneta sobre la posición artillera, que está siendo atacada cuerpo a cuerpo. En esta acción el capitán vuelve a recibir otro balazo en el pecho, pide papel y lápiz para escribir por última vez a sus familiares al teniente de Artillería Diego Flomestá y después da orden de evacuar la posición como se pudiera. Flomestá inutiliza tres de los cuatro cañones hasta quedar gravemente herido y no poder ponerse en pie para destruir el último cañón. Salafranca moriría más tarde al ser abatido en la posición mientras dirigía la huida. Ya no queda ningún oficial al mando pues Reyes y Camino ya habían caído... Los hombres salen disparando a bocajarro a todos los moros que se encuentran por su camino. El caíd de la policía Haid, tras gastar todas las municiones usa el último cartucho para pegarse un tiro en la sien. Los últimos supervivientes salen huyendo de la posición en dirección a Annual o Sidi Dris, cayendo algunos desde los barrancos hasta el río Uad-el-Kebir (Amekrán)… El combate dura tres horas y media, tras las cuales se sabe que murieron 24 españoles, quedando la cifra de bajas indígenas sin determinar. Sobrevivieron 59 hombres (otros 24 españoles y 35 nativos), de ellos todos los españoles heridos (y alguno hasta con cinco heridas de bala en el cuerpo). Se cree que hubo 76 desertores -todos moros- y un prisionero, el Teniente Flomestá.
subir foto Herradura encontrada en la posición de Igueriben
2015 05 29, 5:05
Bona
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Re: Campamento de Igueriben
2015 07 22, 12:03
Bona
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Re: Campamento de Igueriben
Placa en Valderrubio (Granada), en recuerdo del sargento Aurelio Daza, muerto en Igueriben
2015 12 18, 1:16
Bona
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Re: Campamento de Igueriben
2016 06 29, 11:34
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Re: Campamento de Igueriben
Ben-Tieb convoy A las 5 de la mañana del 17 de julio de 1.921 salió de Ben Tieb, el convoy hacia Annual compuesto de la 6ª y 7ª compañías de montaña que conducían municiones; y una sección montada con dos carros “catalanes” con garbanzos, azúcar y aceite, al mando del jefe de las fuerzas capitán de Intendencia Francisco Antolín García, llevando de protección un escuadrón (5º) del Regimiento de Caballería de Alcántara al mando del capitán Ricardo Chicote Arcos. Hasta Izumar se llegó sin novedad, el jefe de esta posición capitán Joaquín Pérez Valdivia del Regimiento Infantería de África, manifestó que era imposible continuar por la pista porque se hallaba completamente batida por el enemigo. Las compañías de montaña continuaron la marcha por los barrancos de la izquierda Yebel-Azrú llegando a Annual a las 11 de la mañana. La sección montada recibió órdenes de quedar en Izumar en vista de que los carros no podían continuar por los barrancos. A esta posición iban llegando las fuerzas del convoy a Annual y se organizó el convoy para Igueriben que pedían con urgencia agua y municiones, salió a la una de la tarde protegido por una fuerte escolta de caballería y de infantería, al frente del convoy iba el coronel Angel Morales Reynoso, cuando se encontraban ya a una distancia de 3 kilómetros de la posición, el enemigo atacó a descargas cerradas por vanguardia y flancos, por espacio de 2 horas permanecieron las fuerzas en su sitio, sin avanzar ni retroceder. El combate era horroroso; llevando más de 200 bajas. El campo enemigo era toda una masa de humo de los proyectiles de cañón que tiraban por descargas nuestras baterías. Haciendo un alarde de valor y queriendo a todo trance poner fin aquella situación que no podía ya prolongarse porque escaseaban las municiones, ordenó al escuadrón de Caballería de Regulares que avanzara a la carga contra las guerrillas de vanguardia enemigas y que siguiera el resto de la columna detrás. Aquellos jinetes obedeciendo la orden de su Jefe que tantas veces les había llevado a la victoria y en el que tenían ciega confianza se lanzaron a galope tendido dando aullidos espantosos como es su costumbre; pero desgraciadamente esta vez, encontraron un enemigo tenaz y superior en número y bien armado que hizo de ellos una carnicería. Cuando el coronel Morales vio a sus regulares deshechos por la metralla y que retrocedían algunos se dio cuenta de que ya era imposible llevar el convoy.
Publicado el 3 ene. 2017 Una de las cotas que solo se pueden acceder con un buen Guia y un todo terreno. El lugar exacto donde se produjo el asedio de la posición de Igueriben, durante el Desastre de Annual, durante una de nuestras excursiones que realizamos desde Melilla.
2017 01 03, 1:39
Bona
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Re: Campamento de Igueriben
Posición de Afrau....casi cien años después
2017 01 29, 10:11
Bona
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Re: Campamento de Igueriben
Tal día como hoy 1921 cayó heroicamente la posición de lgueriben: "sólo quedan doce cargas de cañón, que empezaremos a disparar para rechazar el asalto. Contadlos, y al último disparo, fuego sobre nosotros…”
2017 07 21, 1:43
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Re: Campamento de Igueriben
Tal día como hoy a estas horas caía posición de Igueriben después de múltiples intentos de ser rescatada...
Posición de Igueriben, madrugada de 20 de julio de 1921... "Y al poco tiempo un emisario de el Jatabbi «se acercó a la alambrada. Es un sobrino de Abd el Krim, llamado Hamed, que según dice estuvo en España de intérprete y preparándose para Correos. [Les invita] a entregar la posición y armamento a cambio de respetarles la vida»*. Igueriben no lo acepta, informa de lo sucedido y Annual contesta: «Resistid esta noche y mañana os juramos que seréis salvados, o todos quedaremos en el campo del honor».* Además se les informa que al día siguiente el mismo general Silvestre mandará la operación. «Todos lloraron al recibir el telegrama repitiendo Viva España, Viva el rey y a nuestro comandante».
(Morir en África, la epopeya de los soldados españoles en el Desastre de Annual, pág. 203). En la foto el Comandante Benítez, Jefe de la Posición de Igueriben. Foto del Archivo de Santiago Domínguez Llosa. No incluida en el libro.
2017 07 21, 7:12
Bona
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Re: Campamento de Igueriben
Campamento de Igueriben despues de los combates.
2017 07 22, 8:21
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Re: Campamento de Igueriben
Capitán Joaquín Cebollino Von Lindeman. Se le concedió la Cruz Laureada de San Fernando de 2.ª Clase por Real Orden del 1 de agosto de 1927 por el valor demostrado al frente de su escuadrón de Regulares, con quienes logró introducir un convoy en la posición de Igueriben el día 17 de julio de 1921
2017 08 31, 6:57
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Re: Campamento de Igueriben
Capitán Joaquín Cebollino Von Lindeman. Se le concedió la Cruz Laureada de San Fernando de 2.ª Clase por Real Orden del 1 de agosto de 1927 por el valor demostrado al frente de su escuadrón de Regulares, con quienes logró introducir un convoy en la posición de Igueriben el día 17 de julio de 1921
2018 04 17, 6:07
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Re: Campamento de Igueriben
Hecho Histórico: 'Aquel 21 de julio de 1921. Igueriben.
Dentro del plan de difusión de la Cultura de Defensa promovido por el Centro de Historia y Cultura Militar, relacionado principalmente con el Ejército en Melilla, se quiere recordar el suceso que hace 98 años (el 21 de julio de 1921) ocurrió en la posición de Igueriben con el comandante Benitez al mando por sus méritos en la defensa de la posición de Igueriben, desde el 17 al 21 de julio de 1921, en que se le ordenó por el comandante general del territorio el abandono de aquella posición.
Resultando que durante los días de la defensa el comandante Benítez, jefe de la guarnición, no dejó un momento de alentar a aquella, recorriendo los distintos frentes del recinto elevando el espíritu de su tropa y dándole un alto ejemplo de virtudes militares que todos los declarantes reconocen que él era el alma de la defensa, siendo su figura al decir del único oficial superviviente, admirada por su bizarría, de todos los defensores, que desde el primer momento depositaron fe ciega en su jefe. Resultando asimismo que los ataques del enemigo a la posición de Igueriben, no sufrieron ya interrupción un solo momento y que, además, desde el día 18 fue hostilizada con dos piezas de artillería que produjeron bajas en las tropas, que el día 19 se intentó llevar un convoy, sin llegar a conseguirse por la superioridad numérica del enemigo, no obstante haber intervenido casi todas las fuerzas disponibles de la circunscripción de Annual.
Resultando también que dicho día 19 la guarnición de Igueriben había sufrido ya 40 bajas, producidas por el fuego enemigo, que entre los defensores había bastantes enfermos de síncope por falta de agua, y principalmente por tener que sufrir los efectos de un sol abrasador, ya que toda la guarnición se hallaba en el parapeto para rechazar los continuos ataques del enemigo, que a pesar de que las penalidades producidas por la sed y los efectos del sol fueron en aumento, la guarnición supo suportarla con gran disciplina por la confianza que la infundió su jefe, que agotados todos los recursos de la defensa y ordenado por el Comandante general que se evacuara la posición de Igueriben, previa la destrucción de cuanto pudiera aprovechar el enemigo, dicha evacuación se llevó a cabo ordenadamente por grupos mandados por oficiales, y que el comandante Benítez la abandonó con el último grupo, siendo muerto entre la alambrada y el parapeto, así como la mayor parte de los que lucharon tan bravamente contra el numeroso enemigo que los envolvía, que de la guarnición que se elevaba a 300 hombres, únicamente se salvaron un oficial y cuatro soldados que cayeron prisioneros y otros varios, hasta el número de 11, que lograron llegar a Annual, falleciendo de agotamiento físico algunos de ellos en esta última posición.
Nacido en El Burgo (Málaga) el 17 de agosto de 1878. Hijo de Juan y Julia. Casado con María de las Nieves Fernández.
Empleos: Alumno de Infantería: 31 de agosto de 1894; D.O. nº 176. Segundo teniente de Infantería por promoción: 11 de junio de 1896; D.O. nº 127. Primer teniente de Infantería por antigüedad: 11 de junio de 1898; D.O. nº 168. Capitán de Infantería por antigüedad: 02 de diciembre de 1904; D.O. nº 30 del año 1905. Comandante de Infantería por antigüedad: 19 de diciembre de 1915; D.O. nº 2 del año 1916. Teniente coronel de Infantería por méritos de guerra: 11 de febrero de 1925; D.O. nº 33.
Recompensas: Cruz de 1ª Clase del Mérito Militar con Distintivo Rojo: 25 de octubre de 1897; D.O. nº 241. Cruz de 1ª Clase de María Cristina: R.O. 24 de enero de 1899; D.O. nº 20. Medalla de Melilla: R.O. manuscrita de 28 de marzo de 1913. Pasador de Melilla a la Medalla de la Campaña del Rif. Oficio del Comandante General de Melilla el 07 de diciembre de 1919. Cruz 2ª Clase del Mérito Militar con Distintivo Rojo: 02 de diciembre de 1920; D.O. nº 277. Cruz 2ª Clase de la Real y Militar Orden de San Fernando: R.O. 3 de enero de 1925; D.O. nº 3. Falleció el 21 de julio de 1921, herida de arma de fuego en la Posición de Igueriben.
La inscripción en el registro del cementerio y la inhumación tuvieron lugar el 14 de septiembre de 1926, junto con los restos de los otros defensores de Igueriben que fueron trasladados en dos cajones. Panteón de Héroes, fila 8, nº 6.
2019 07 22, 12:08
Bona
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Re: Campamento de Igueriben
13 ene, 2021
LAS LEVAS HERÓICAS DE IGUERIBEN Homenaje a todos los soldados que hicieron el servicio militar obligatorio
LAS LEVAS HERÓICAS DE IGUERIBEN: HERMANOS DE SANGRE Y DE SED
«Fíjate la de muchachos de veinte años que están cayendo y la indiferencia que notarás ahí, pues a la gente no le interesa más que lo suyo». Coronel Francisco Manella a su esposa (una semana antes de morir en Annual)
Este año se cumplirán los veinte años de la supresión del servicio militar obligatorio y dentro de unos meses se cumplirá el centenario de las fatídicas jornadas del llamado Desastre de Annual, cuando casi diez mil españoles, la gran mayoría soldados de levas, dejaron su vida en tierras norteafricanas. En muchos de los pueblos de nuestra geografía, padres, hermanos, esposas o novias tendrían que teñir sus prendas de luto por alguno de sus hijos caídos sobre aquellas colinas y barrancos del Rif, a los que un día despidieron y que nunca más volvieron.
Ferrer-Dalmau ha querido realizar otro de sus particulares homenajes a aquel ejército desaparecido, como lo ha denominado mi buen amigo y emotivo historiador, Juan Pando. Para ello, en lugar de centrarse en alguno de los no pocos episodios lamentables ocurridos aquellos días del Desastre, ha elegido uno de los ejemplos de abnegación y heroísmo, que fueron mucho más frecuentes de lo que se dijo en su día y nos han venido contando hasta ahora.
Igueriben, solos ante el peligro
Durante el avance del general Fernández Silvestre, comandante general de Melilla en la primavera de 1921, la posición de la colina de Igueriben protegía, junto con la de Talilit e Intermedias A y B, los alrededores de Annual, campamento base español. Fue establecida el 7 de junio y componían su guarnición 316 hombres, pertenecientes al Regimiento de Infantería de Ceriñola. Estaban apoyados por la 1.ª Batería del Mixto de Artillería con cuatro piezas Schneider, cuatro máquinas Hotchkiss de la compañía de ametralladoras de posición y varios soldados de la compañía de telégrafos de campaña, junto a un puñado de policías indígenas. A primeros de julio quedó al mando de la guarnición el comandante malagueño Julio Benítez Benítez.
En el lienzo de Ferrer-Dalmau puede verse lo más característicos de la posición, tal y como la dibujó el único oficial superviviente de su defensa, el teniente Luis Casado, que años después escribiría un libro sobre lo sucedido: Un parapeto, que se inició con piedras de la propia colina a primeros de junio y que fue perfeccionado posteriormente por tropas de Ingenieros. Tenía, aproximadamente, la altura de un hombre, estaba aspillerado, coronado por sacos terreros y rodeado por una alambrada clavada sobre estacas de madera. En el centro del recinto se hallaban las clásicas tiendas cónicas, con funciones de puesto de mando, enfermería y dormitorio. A ambos lados de la entrada se situaban las ametralladoras, mientras que las piezas de artillería se emplazaron en la parte opuesta de la posición.
«Tirar por encima de la alambrada a 200 metros. Los moros se nos vienen encima».
Mensaje de Igueriben a Annual, 19 de julio
Desde la primera semana de julio de 1921 se produjo en la zona, inesperadamente, la irrupción de un verdadero ejército de cabileños hostiles, liderados por Abd-el-Krim. Igueriben quedó cercada y hostigada por el fuego enemigo. El problema más grave para los defensores sería la falta de los víveres y el agua, que eran proporcionados periódicamente desde Annual y que el certero fuego de los rifeños obligó a interrumpir. Los de Igueriben fueron agotando los suministros, a la par que aumentaba el número de heridos. Ante la gravedad de la situación, se organizaron varios convoyes de auxilio, que, para ascender por aquellas serpenteantes sendas, tuvieron que marchar fuertemente escoltados. Hubo que desarrollar verdaderas operaciones de combate bajo un intensísimo tiroteo enemigo para conseguir alcanzar la posición.
Nuestro artista ha representado en su obra la llegada del convoy de Igueriben del día 17 de julio de 1921. Iba compuesto por hombres del Parque Móvil de Artillería al mando del teniente Ernesto Nougués Barrera y de la 1.ª compañía de Intendencia del alférez Enrique Ruiz Osuna. Como escolta contaban con el escuadrón de Caballería de Regulares n.º 2 del capitán Joaquín Cebollino Von Lindeman. Las mulas transportaban, sobre todo, barricas con agua y algunas municiones para los cañones y las armas ligeras.
La marcha del convoy resultó una auténtica odisea, en la que los Regulares fueron relevándose en un avance escalonado, ocupando una tras otra sucesivas alturas, bajo un intenso fuego de los harqueños que les produjo numerosas bajas de soldados y oficiales. Las proximidades de la posición estaban batidas eficazmente por un enemigo que disparaba agazapado y protegido desde la cercana Loma de los Árboles.
Los últimos metros del avance fueron liderados personalmente por el capitán Cebollino. La columna consiguió alcanzar Igueriben gracias al fuego de apoyo y el sacrificio de los Regulares, pero también -y eso es lo que quería realzar en su composición nuestro pintor-, a la abnegación de los soldados de reemplazo.
En el lienzo vemos a los defensores tras el parapeto, liderados por Benítez, que, como relata Casado, sin descanso dirigió la defensa, atendiendo a todos los frentes y elevando la moral de las tropas con su heroico ejemplo y sus palabras enérgicas de aliento, y al capitán Federico de la Paz Orduña, jefe de la artillería. Intentan cubrir el avance del convoy que se acerca a la desesperada y que contemplamos en primer plano, pues el artista ha querido darle todo el protagonismo. Ascienden envueltos en polvo, mezclados artilleros e intendentes con las enloquecidas acémilas, bajo el abrasador sol marroquí, apenas mitigado por los gorros de cuartel. La tropa carecía aún, en julio de 1921, de una prenda de cabeza adecuada, como el sombrero de ala o chambergo, que se distribuiría muy pocos meses después. Vemos cómo algunos infantes de Ceriñola han hecho una salida, combatiendo para protegerlos en el último tramo del recorrido.
Vemos cómo los protagonistas de la escena han tenido que concentrarse en un reducido espacio para poder pasar por el hueco que deja la puerta de la alambrada. A la cabeza de los mulos se distingue al alférez Enrique Ruiz Osuna y al sargento Ricardo Rodríguez Peña, ambos de Intendencia y muertos en los días siguientes; algo más adelante, un soldado ayuda al teniente Nougués, quien, en sus propias manos, transportó alguna de las pocas cargas de artillería que se pudieron introducir. Ambos oficiales quedaron en la posición con sus hombres, muchos de ellos heridos, uniendo su destino a la suerte de los defensores. Aquel fue el último convoy. A partir de entonces, los de Igueriben quedarían prácticamente abandonados a su suerte.
Desgraciadamente, muchas de las barricas llegaron agujereadas por el fuego de los rifeños y, muy poco después, la sed volvería a hacer su aparición, aumentando la penuria de los defensores. Las tiendas eran meros jirones de tela y los hombres dormían de pie en el parapeto o en hoyos excavados en la pedregosa tierra. No había medicinas ni vendas para los heridos, mientras a los muertos se los cubría con sus propias guerreras ensangrentadas. Una vez consumida el agua, se bebieron la pulpa de las patatas, el jugo de las latas de tomate, la tinta o la colonia disponible y hasta los propios orines, que se suavizaban con azúcar. El hedor de los cadáveres insepultos y los mulos descompuestos agravaba aún más la situación.
«Solo quedan doce cargas de cañón que empezaremos a disparar para rechazar el asalto. Contadlas y al duodécimo disparo, fuego sobre nosotros, pues moros y españoles estaremos envueltos en la posición».
Último heliograma de Igueriben, 21 de julio
Durante los días siguientes se sufrieron intensos ataques. Los rifeños les ofrecieron en diversas ocasiones la rendición, que fue rechazada con gritos de ¡Viva España! El 21 de julio, los rifeños atacaron en masa la posición, mientras desde Annual se hacía un nuevo, pero fallido intento de auxiliar a los defensores. Sin agua ni víveres ni apenas municiones, bombardeados y acribillados por el enemigo, Benítez decidió intentar abrirse camino hacia Annual y organizó una precaria columna de retirada. Casi todos los oficiales quedaron en la posición intentando proteger la desesperada salida de sus hombres. Muy pocos lo conseguirían: solo sesenta y nueve defensores sobrevivieron. El 78% de la guarnición resultó muerta, como el cabo artillero Julio Castillo Perandrés, que, seguramente, ayudó a sus compañeros a inutilizar los cañones antes de abandonar la posición. Todos los oficiales, salvo el teniente Casado, murieron en combate al pie de la alambrada o en el parapeto.
Según uno de los supervivientes de Annual, que enterraría el cuerpo de Benítez semanas más tarde, encontró el mensaje sobre las doce cargas de cañón en el bolsillo de su guerrera. También cita el mensaje Casado, aunque dicho documento no ha sido encontrado en los archivos.
Sea verdad o leyenda, es un digno epitafio para aquellos hombres que eligieron el último sacrificio antes que rendirse: los oficiales, los sargentos y sus soldados de reemplazo, aquellas Levas heroicas de Igueriben que, casi un siglo después, merecen este recuerdo emocionado.
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